martes, 24 de marzo de 2009

Crónica epistolar en tiempos de guerra


Miedo de ti solo de ti
De no poder llenar tus momentos
De no satisfacer tus aventuras
De no cobijarte, guerrero!
Temor de no comportarme volátil
Miedo de hundirme en la laguna
fangosa de la rutina
Miedo a la oscura insensibilidad
de seres alados que habitan
en mis adentros
(cada vez que te pienso)
Pánico de saberte mío
Temor de mi solo de mi
De no enrojecer tus mejillas
De no estremecer tu sangre
De no invadir(me) en tus sueños
Vértigo al saberme tuya
Hambre de nuestros momentos
Sed de tus segundos destellantes
pequeños instantes,
sublimes suspiros,
entre tanto tiempo bélico
de estadías en legiones extrañas a mi nido.
Torbellino de sensaciones
invisibles, irresistibles de vivir
No por ti, tampoco por mi
Solo por la piel inmantada
Que me ata a ti
Cada vez que me encuentro
en tus (mis) pupilas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario