lunes, 3 de septiembre de 2018

Epitafio (junio 2010)



Toda verborrea se ha quedado hundida
en el más insípido de los cuerpos
(de agua)
Sin ninguna cuota de sangre,
Médula ósea, neurona moribunda o temblor de rodillas,
ni si quiera ese dolor de panza acostumbrado
Naufragó por la malicia asquerosa de su venganza
Con reconciliaciones mas falsas que compromiso de político
Embutidas de conversaciones desgastadas por el perogrullo
y las ganas de hablar de espacios,
vacíos, solitarios, ennegrecidos,
apolillados por la castigada frialdad
de estos puntos suspensivos que cada día
precipitan sobre toda nuestra historia.
Historia construida,
ciertamente inconclusa
a la que espectadoras subjetivas y mas promiscuas que estas letras
Han devorado, como un manjar propio
Adueñándose de sentimientos y sensaciones
Maldiciendo instantes, y segundos extranjeros
Como si fueran suyos
Viviendo sin duda, en la ignorancia
De saber que todo momento es nuestro
íntimo y más indeleble que todo lo externamente construido
aquí les dejo el epitafio
franco y espontáneo
veraz, más que la candente sensación
que nos queda después de un par de horas juntos
a escondidas y en voz baja
¿para qué mas?

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