Me carga que desaparezcas
Me carga saberte invisible
Me carga esta presencia indeleble
constante, rancia
tatuaje taciturno
de esos que se hacen cuando estay
bien curao
Me carga que no estés
Me carga no olvidarte
ME CARGA NO OLVIDARTE!
Me carga la distancia
Me carga dibujarte en mi mente
bien caliente,
así como en esos días inconclusos.
Me carga tenerte tan cerca
Me odio cuando te sueño
cuando te veo en cada recorrido
matinal
en cada retorno a la provincia.
Me odio a mí misma por ser tan
tonta
por haberme pasado tanto rollo
por idealizarte, guerrero.
Maldigo cada palabra que habita
en mi mente
queriendo convertirse en un e mail
en un mensaje
en una carta
en un susurro en tu oído
en un regalo en tu puerta
en un beso en tu boca
en una maqueta de poesía sin
brillo
ni sentido
ni razón
tan innecesaria como todo lo NO nuestro.
Me carga escribirte ebria
y sobria
Me da rabia leer y volver a leer
tus letras
cada vez más escasas.
Tengo pura rabia de escribirte
entre cartografías
e informes insípidos
de malgastar tanto tonto tiempo
los tiempos de guerra no son para
derrochar…
me carga que los tiempos de
guerra siempre ganen
en realidad me carga la guerra.
Odio estar tan enamorada de mi
amor
Odio sentir todo lo que siento
Odio darme cuenta de tanta
realidad,
que sigo siendo una pendeja
que nunca ha tenido nada
aferrada a fantasmas
muertos hace siglos
en la primera de las vidas
que NO tuvimos juntos.
Me carga vomitar letras
como estas y tantas otras
llenas de sin sentidos
porque nacieron muertas
letras difuntas que nunca leerás.
Aunque tal vez si
y en un arranque de locura te las
envío
Y me arrepiento toda la vida por
eso
Como por tantas otras cosas.
Me da rabia arrepentirme
Sentirme culpable
Especular en la culpa
Me da rabia pensar
He ahí el problema.
Debería pensar menos
Y escribir más.
Aunque me carga escribir
ME CARGA ESCRIBIR!
es más ni siquiera escribo...
las letras florecen solas,
cuando tienen ganas…
cuando quieren volar
y salir de este cuerpo
y esta boca que te extraña.
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